23 de noviembre de 2011

El Sacerdocio, el “empleo” más feliz del mundo..

La lista de personas más felices por el trabajo que desempeñan también la encabezan los pastores protestantes. Los 10 primeros comparten que tienen poca remuneración económica y mucho trato humano.


¿Hay una relación entre felicidad y trabajo? ¿Alguien puede ser feliz desarrollando un empleo? A esta interrogante da respuesta una encuesta realizada por el National Organization for Research de la Universidad de Chicago, retomada después por Steve Denning en la edición digital de la célebre revista Forbes (cf. "The Ten Happiest Jobs").

Los resultados de la investigación son sorprendentes: la lista de las personas más felices por el "empleo" que desempeñan la encabezan los sacerdotes católicos y pastores protestantes. Les siguen los bomberos, los fisioterapeutas, los escritores, los instructores de educación especial, maestros, artistas, psicólogos, agentes de servicios financieros y, finalmente, los ingenieros de operaciones.

Como característica general compartida de estas diez "profesiones" está la poca remuneración económica y la entrega hacia los demás. En contraste, los diez empleos que causan más insatisfacción son (pese a suponer salarios más elevados, aunque menos trato humano):

1. Director de Tecnología de la Información
2. Director de Ventas y Marketing
3. Productor / Manager
4. Desarrollador Web
5. Técnico Especialista
6. Técnico en Electrónica
7. Secretario Jurídico
8. Analista de Soporte Técnico
9. Maquinista
10. Gerente de Marketing

En su blog "opinionator", en The New York Times, Todd May decía que un empleo con sentido causa una satisfacción que el mero sentido de compromiso no concede.

The Christian Science Monitor preparó y publicó una presentación on line (en inglés) sobre los "10 empleos más felices". Se puede ver la infografía en este enlace: http://www.csmonitor.com/CSM-Photo-Galleries/In-Pictures/The-10-happiest-jobs.

Fuente: VR.

22 de noviembre de 2011

Pbro. Adrián Marzilli, Sacerdote para siempre..

El pasado sábado 19 de noviembre, en nuestra Iglesia Catedral "Ntra. Sra. de la Asuncion", hemos sido partícipes de un gran acontecimiento que llenó de alegría a nuestra Diócesis, la Ordenación Sacerdotal del nuevo Pbro. Adrián Marzilli.


En una emotiva ceremonia, nuestro Obispo, Mons. Rubén Oscar Frassia, le ha conferido y lo ha consagrado en el ministerio Sacerdotal imponiéndole las manos junto a todo el Clero Diocesano.

Felicitamos al nuevo Presbítero y a su familia, deseándole y pidiendole a nuestro Señor Jesucristo que colme su servicio Sacerdotal de Virtud, Gracia y Bendición.

Fuente: Seminario Pablo VI.

17 de noviembre de 2011

Misión del Servicio Sacerdotal de Urgencia en el Seminario..

El jueves 10 de noviembre, se realizó la Misión de Confraternización al Seminario Introductorio diocesano, donde los guardianes del Servicio Sacerdotal de Urgencias (SSU) de Avellaneda-Lanús fueron recibidos por su director, presbítero Marcelo Achával y los seminaristas que realizan su discernimiento vocacional.

Luego de la santa misa, presidida por el asesor diocesano, presbítero Omar Vila y concelebrada por el padre Achával, se realizó la cena de confraternización y camaradería.

Durante la cena, se aprovechó para conocer a los dos seminaristas que realizan su discernimiento vocacional: Pablo (proveniente de la parroquia María Reina) y Abel (de la parroquia nuestra Señora del Valle).+

Fuente: AICA.

7 de noviembre de 2011

Revelan que el salvador del soldado Ryan fue un Sacerdote..

En las memorias, el capellán Francis L. Sampson detalla cómo se organizó el operativo de regreso.

Quién que haya visto la película Rescatando al soldado Ryan (1998) , de Steven Spielberg, no se emocionó con la actuación de Tom Hanks en el papel del capitán John H. Miller, que –tras el desembarco en Normandía– recibe la orden de buscar a un soldado y enviarlo de regreso a los Estados Unidos porque su vida no debía correr riesgo luego de que su madre perdiera en la guerra a sus otros tres hijos. Y que, hacia el final del filme, llega a ofrendar su vida para que el soldado se salve. Pues bien: ahora se sabe que el verdadero salvador de Frederick “Fritz” Niland –la identidad real de Ryan– fue un capellán militar, Francis L. Sampson.

El propio Sampson –capellán de la 101º División Aerotransportada– volcó sus vivencias en el libro “Mirá allá abajo: Una historia de la Aerotransportada escrita por un sacerdote paracaidista”, de 1958. La cercanía de los homenajes que en los Estados Unidos se están organizando para 2012, por el centenario de su nacimiento, llevaron a que se vuelva a hablar de él. Y de cómo ocurrió realmente la historia que conmovió a millones de espectadores.

El filme plantea que el capitán Miller encara una ardua búsqueda. Pero, en la realidad, fue Fritz quien se contactó en el campamento con el padre Sampson a los pocos días del desembarco en las costas francesas. Fue luego de enterarse de que su hermano Robert –que también se había lanzado en paracaídas– había muerto y quería que lo ayudara a encontrar su cuerpo, que aparentemente estaba en un cementerio cercano. Pero en la lista de inhumados no aparecía su nombre sino el de otro hermano, Preston. Finalmente no sólo hallaron la tumba de Robert: Sampson descubrió que un tercer hermano había desaparecido luego de que su avión fuera derribado por los japoneses.

Al comunicarle esta última noticia, Sampson cuenta que Fritz comenzó a repetir: “¿Qué hará ahora? ¿Qué será de ella?”. Hablaba de su madre. El sacerdote le respondió que la mujer aún lo tenía a él y haría todo lo posible para repatriarlo. Y lo logró. Tras el reencuentro con sus padres –la madre no era viuda como aparece en la película– Fritz sirvió en una unidad acantonada en Nueva York. Al final de la guerra la familia recibió una sorpresa: el hijo supuestamente abatido por los japoneses había sobrevivido.

Si bien el padre Sampson no corrió riesgos para conseguir la vuelta de Fritz, sí los tuvo por otras situaciones. En su salto en paracaídas en el crucial Día D perdió su kit de misa y, en vez de ponerse a cubierto, se abocó a buscarlo en medio de la oscuridad, entre disparos y morterazos, hasta que lo encontró. Horas después, cuando atendía a unos heridos en una granja, fue detenido por soldados alemanes, que lo pusieron contra una pared con la aparente intención de fusilarlo. Sólo la aparición de otro soldado alemán que se percató de que era sacerdote, evitó su muerte.

El padre Sampson pasó 6 meses en un campo de prisioneros. Pero no se dio por vencido. Una vez liberado, volvió a la Aerotransportada. Años más tarde, estuvo en la guerra de Corea y en 1967 fue nombrado jefe de los capellanes militares de los Estados Unidos. Y –ya retirado– llegó a asistir a los paracaidistas que actuaron en Vietnam. En el célebre libro de Cornelius Ryan, “El día más largo”, las peripecias del cura ocupan varias páginas. No es para menos.

Fuente: Clarín.