29 de agosto de 2011

La Iglesia.. Inflable y móvil..!

En Rusia, no lo dejan levantar templo católico romano latino y arma uno inflable.
Petropavlovsk, Kamchatkca, Federación de Rusia.- En una singular decisión, el Padre Krzysztof Koval, cura párroco de origen polaco, para permitir que los fieles pudieran rezar y, ante la negativa de las autoridades rusas para permitir la construcción de un templo católico romano latino, ideó una iglesia inflable, de estilo gótico, que podrá trasladarse de un sitio a otro por toda la península rusa, con mayoría ortodoxa.

La iglesia de techo rojo y ladrillos amarillos con columnas internas podrá viajar por toda la vasta península rusa, convirtiéndose en un templo itinerante de culto católico romano de rito latino, en una tierra de mayoría de ortodoxos, es considerada genial por los lugareños.

Esta “catedral ambulante” será inaugurada el 15 de septiembre en la ciudad de Petropavlovsk y será todo una novedad no sólo por el tipo de Iglesia, sino porque pertenecerá a la diócesis romana católica siberiana de Irkutsk, la más grande del mundo.

Algunos sostienen que esta iglesia inflable podría “hacer escuela”, inclusive entre los musulmanes que también encuentran obstáculos a la hora de abrir mezquitas nuevas.

Será una pequeña catedral gótica, una verdadera iglesia”, explicó el Padre Krzysztof Koval, quien dijo que “mucha gente no sabía que aquí había un cura católico romano latino porque no vieron jamás una iglesia”, también comentó que cuando los fieles se reúnen en casas para orar los seguidores de otras religiones los confunden con una secta.

El sacerdote católico romano explicó que “los dirigentes locales no nos autorizaron a construir un edificio religioso, entonces decidimos traer uno inflable desde Polonia”.

Koval aún no entiende las razones del impedimento de las autoridades, aunque cree que daña a una comunidad pequeña pero activa.
A la ciudad de Petropavlovsk, cercana al lago Baikal, este singular sacerdote llegó, desde su Polonia natal, en 2001, tras dos meses de viaje en bicicleta y admite que fue “Una experiencia que ninguna agencia turística podrá ofrecerme”.
A partir de la inauguración de la Iglesia inflable tendrá otra anécdota para contar.

Fuentes: VR – AJS.

24 de agosto de 2011

"No se dejen intimidar"

Benedicto XVI celebró este lunes la Misa de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, en Madrid, junto a más de 4.500 seminaristas de todo el mundo, a los que alentó para asumir los desafíos de la Iglesia contemporánea “sin complejos ni mediocridad”.


No se dejen intimidar por un entorno en el que se pretende excluir a Dios y en el que el poder, el tener o el placer son los principales criterios”, expresó el Santo Padre, y subrayó: “Puede que los menosprecien, como se suele hacer con quienes evocan metas más altas o desenmascaran los ídolos ante los que hoy muchos se postran”.

El Sumo Pontífice, que viene poniendo énfasis en las problemáticas sociales a través de cada una de sus intervenciones, recalcó: “Cada época tiene sus problemas, pero Dios da en cada tiempo la gracia oportuna para asumirlos y superarlos con amor y realismo”.

Ante una catedral repleta, tanto en su interior como en su explanada, el Pontífice observó que estos años de preparación para el sacerdocio “deben ser de silencio interior, de permanente oración, de constante estudio y de inserción paulatina en las acciones y estructuras pastorales de la Iglesia”.

Además, se refirió a la entrega total a la tarea ministerial: “Nosotros debemos ser santos para no crear contradicción entre el signo que somos y la realidad que queremos significar”.

Texto completo de las palabras del Santo Padre.

Fuente: AICA.

23 de agosto de 2011

¡Qué nadie ignore a Jesucristo..!

Domingo 21 de agosto de 2011. 21º durante el año.
Evangelio según San Mateo 16, 13-20 (ciclo A). San Pio X - día del Catequista.

Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
"¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?".
Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas".
"Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?".
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y yo te digo:
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella.
Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos.
Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo". Entonces ordenó severamente a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.

“¡Qué nadie ignore a Jesucristo!”

La primera afirmación es que, ante la pregunta que Jesús hace, Pedro es el primero en contestar y reconoce en Jesús al Mesías, al Hijo de Dios; el enviado, el ungido del Padre. La confesión de Pedro es la confirmación que Jesús hace al decirle “bienaventurado eres Pedro, porque esto no te lo reveló ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo” Así se consolida una alianza, cuando Jesús dice: “a partir de ahora tú vas a ser mi Administrador; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”

Es el compromiso y la coherencia de esa alianza que Dios venía repitiendo en el Antiguo Testamento cuando decía “a partir de ahora tú serás mi Pueblo y para ti yo seré tu Dios”. Esa alianza que Dios hace con el pueblo de Israel, el Señor la repite, hoy, por medio de Pedro. Y Pedro hoy se llama Benedicto XVI, ayer fue Juan Pablo II, antes fue Juan Pablo I, antes Pablo VI, antes Pío XII, y así fueron los distintos Papas que Dios fue prestando a la Iglesia y al mundo, según las distintas épocas y situaciones.

Nosotros tenemos que confesar siempre en el Señor, la fuerza de su autoridad, de su poder y de su presencia. En Su Nombre tenemos que echar las redes, evangelizar; en Su Nombre tenemos que vivir cristianamente con la coherencia de vida, fe-vida; y en Su Nombre también tenemos que hacer apostolado y llevar este mensaje a todos, porque Dios viene para todos, Cristo viene para todos, no se lo puede ignorar.

¡Es muy importante tenerlo en cuenta, porque ninguno de nosotros puede prescindir de Jesús, puede vivir sin Jesús! ¡Porque nuestra historia está marcada por Él y no se lo puede ignorar! ¡Porque si no lo conocemos, permanecemos en la ignorancia! Y si lo conocemos, tenemos que amarlo. A veces, cuando le pedimos a ÉL, no obtenemos nada porque no pedimos con humildad. El Señor reconoce nuestra fragilidad sin presunciones, sin pretensiones, pero siempre debemos confiar en Él.

Queridos hermanos, sin Él nada podemos hacer. ¿Dónde vamos a ir, si Él tiene Palabras de Vida Eterna? Por lo tanto, el conocimiento de Cristo Jesús no es circunstancial, no es “más o menos”, sino que es la definición en nuestra vida, en nuestra historia, en la sociedad y en la Iglesia. ¡Que nadie ignore a Jesucristo!

Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

17 de agosto de 2011

Las Fiestas Patronales de la Diócesis..

Miles de vecinos y devotos participaron de la fiesta de la Asunción de la Virgen, de la procesión y la misa por los 50 años de la creación de la diócesis de Avellaneda, que presidió el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, quien viajó especialmente desde el Vaticano para esta festividad.


La celebración eucarística fue concelebrada por el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia; y arzobispo emérito de Mercedes-Luján y antiguo obispo de Avellaneda, monseñor Rubén Di Monte; el obispo de Quilmes, monseñor Luis Stöckler, y numerosos miembros del clero local.

A las 15.30 salió de la catedral la procesión multitudinaria con las imágenes de Nuestra Señora de la Asunción, patrona de la diócesis y del municipio, y de Santa Teresa de Jesús, copatrona diocesana.

En tanto, la misa se llevó a cabo desde el altar levantado sobre la Plaza Alsina.

Allí, el cardenal Sandri explicó que “María subida al cielo nos recuerda que todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo está destinado a la plenitud de la vida” y también que “quien vive y muere en el amor de Dios y del prójimo será transfigurado a imagen del cuerpo glorioso de Cristo resucitado y que el Señor humilla a los soberbios y enaltece a los humildes”.

El purpurado argentino evocó también a los pastores “extraordinarios que sirvieron al pueblo de Dios en esta bendita diócesis”, entre ellos al Siervo de Dios cardenal Eduardo Pironio y al cardenal Antonio Quarracino, a quienes definió como “figuras preclaras de la Iglesia en la Argentina, que siguiendo las huellas del primer obispo, monseñor Emilio Antonio Di Pasquo, fueron testigos del amor de Dios e hicieron vivo y accesible a Jesús Buen Pastor”.

El jubileo de oro de la diócesis, aquilatado por el tesoro recibido de tan grandes pastores, disipa las sombras que, por la pérdida de rumbo en la fe y en la comunión eclesial, pudieran haber querido alterar el verdadero rostro y la auténtica comunión de la Iglesia, Más aún, podemos afirmar que del legado de ese pasado emerge un siempre renovado programa de acción pastoral, un diseño de evangelización, que usted, señor obispo, con sus colaboradores, prosiguió con coraje”, destacó.

El cardenal Sandri sostuvo que “los logros que se han ido multiplicando a lo largo de estos años de historia, permiten abrigar la certeza de que de esta celebración, a través, sobre todo, del empeño de los sacerdotes, religiosos y religiosas y de los laicos comprometidos, cobrará nuevo impulso la vida cristiana del pueblo de Dios”.

E insistió en destacar que “este gozoso aniversario pone en evidencia la comunión del obispo y de toda la diócesis con el sucesor de Pedro, siervo de los siervos de Dios, que ha sido constituido principio visible y fundamento de la unidad de la Iglesia, el papa Benedicto XVI”.

El purpurado transmitió, además, la bendición apostólica del Pontífice, y explicó que ésta quiere ser “prenda de vida eclesial vivida en comunión y en el testimonio de cada un o, de promoción de la comunión y de la colaboración entre todos los miembros de la diócesis para salir al encuentro de las necesidades de nuestros hermanos, especialmente los más pobres y necesitados”.

Que María Santísima, Reina del Cielo, reciba en sus manos el pasado, presente y futuro de esta diócesis, lo acompañe y lo bendiga con el poder de su Hijo Jesús, que es poder de humildad y de cruz: el Señor hizo en mí maravillas, desplazó a los soberbios y exaltó a los humildes. Que tú siempre seas alabada, oh Virgen María, ruega, protege e intercede siempre por esta diócesis de Avellaneda-Lanús”, concluyó.+

Fuente: AICA.

15 de agosto de 2011

Con humildad, poner la Fe..

Domingo 14 de agosto de 2011 – 20º durante el año
Evangelio según San Mateo 15, 21-28 (ciclo A).

Jesús partió de Genesareth y se retiró al país de Tiro y de Sidón.
Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: "¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio".
Pero él no le respondió nada. Sus discípulos se acercaron y le pidieron: "Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos".
Jesús respondió: "Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel".
Pero la mujer fue a postrarse ante él y le dijo: "¡Señor, socórreme!".
Jesús le dijo: "No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros".
Ella respondió: "¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!".
Entonces Jesús le dijo: "Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!". Y en ese momento su hija quedó curada.

Con humildad, poner la fe.

¡Qué lectura extraordinaria! En primer lugar, el Señor, ante ese auditorio y de alguna manera, no quiere darse a los “extranjeros” sino simplemente al Pueblo de Israel, como si se tratara de un tema más bien local. Sin embargo, Jesús se admira con otros que son distintos, como el centurión de Cafarnaúm, el leproso samaritano, la cananea de esta lectura; es decir que el Señor viene para todos. Lo principal es que Cristo tiene un mensaje universal, para que todos podamos entrar en su casa; todos los hombres y todos los pueblos. El mensaje de Cristo es universal, es católico.

En segundo lugar, la universalidad supera particularidades: raza, cultura, tradiciones, lenguas, siendo así una realidad pluralista. Oriente, occidente, norte, sur, ricos, pobres, buenos y malos, ¡todos!, ¡Cristo viene para todos, pero exige la fe, creer en Él! Como esta cananea que, a pesar del aparente rechazo de Cristo, ella creyó y le siguió con humildad, poniendo por delante su fe. Para no olvidar: con humildad poner la fe. Confiar y creer que Dios obra, aún a pesar de todo y de tantas dificultades.

Finalmente, el Señor concede lo pedido porque la fe, a veces, es como el último recurso. No es que no sean importantes las otras realidades, sino que la fe es más completa. Puedo rezar una cosa y a la vez hacer otra, puedo buscar trabajo y seguir rezando, puedo dar gracias por el trabajo obtenido y una cosa no quita la otra. Esta cananea nos enseña, cuando uno tiene una dificultad, dónde dirigirnos, dónde pedir, a Cristo Jesús.

Deseo que tengamos una hermosa y feliz fiesta de la Nuestra Señora de la Asunción, a todos lo que habitan el suelo de Avellaneda Lanús, para que nuestra diócesis se vea enriquecida en estos cincuenta años de su creación.

Les recuerdo que presidirá la ceremonia religiosa, el Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de las Iglesias Orientales, muy cercano al Papa Benedicto XVI, que nos viene a visitar y que para nosotros es un grato honor recibirlo.

Que la Virgen nos bendiga a todos: a Avellaneda, que también festeja cívicamente el patronazgo, y a Lanús, que forma parte de nuestra diócesis.

Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

8 de agosto de 2011

El Señor renueva nuestra esperanza..

Domingo 07 de agosto de 2011 – 19º durante el año
Evangelio según San Mateo 14, 22-23 (ciclo A)

Después de la multiplicación de los panes, Jesús obligó a los discípulos que subieran a la barca y pasaran antes que él a la otra orilla, mientras él despedía a la multitud.
Después, subió a la montaña para orar a solas. Y al atardecer, todavía estaba allí, solo.
La barca ya estaba muy lejos de la costa, sacudida por las olas, porque tenían viento en contra. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el mar.
Los discípulos, al verlo caminar sobre el mar, se asustaron.
"Es un fantasma", dijeron, y llenos de temor se pusieron a gritar.
Pero Jesús les dijo: "Tranquilícense, soy yo; no teman".
Entonces Pedro le respondió: "Señor, si eres tú, mándame ir a tu encuentro sobre el agua".
"Ven", le dijo Jesús.
Y Pedro, bajando de la barca, comenzó a caminar sobre el agua en dirección a él.
Pero, al ver la violencia del viento, tuvo miedo, y como empezaba a hundirse, gritó: "Señor, sálvame". En seguida, Jesús le tendió la mano y lo sostuvo, mientras le decía:
"Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?".
En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en ella se postraron ante él, diciendo: "Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios".

El Señor renueva nuestra esperanza

Vemos en el Evangelio que el Señor está siempre presente y que uno tiene que buscarlo. La vida es un misterio y misteriosamente buscamos al Señor en este misterio de Dios. Es una búsqueda que no termina jamás aquí en la tierra.

Hay gente que no quiere buscarlo, o no tiene interés, o lo ha cerrado quedándose simplemente en lo que ve, o es incrédulo, desconfiado, agnóstico, no creyente, o de alguna forma no le interesa y no lo busca. Lo primero y principal que uno tiene que decir es: el que nos busca a nosotros es Dios, él nos muestra el camino y nos muestra de qué manera tenemos que seguirlo.

Vemos también que el Señor se presenta y uno lo reconoce; no que él se presenta y uno lo inventa, no. Una cosa es reconocer y otra cosa es inventar. En la fe, nosotros reconocemos no inventamos. Partimos de un dato ya dado, de una realidad mostrada, de una presencia ya expresada y uno asiente favorablemente o rechaza negativamente. El creyente afirma positivamente que es el Señor.

Uno confía y él nos confirma, como en el caso de Pedro con Jesús, que estaba caminando sobre una dificultad -el agua donde se hunde, aunque si uno tiene fe puede caminar sobre el agua como si fuera un piso plano y duro- y no se caía, pero de pronto una ola embravecida lo hace sucumbir. ¡Tantas olas tenemos en nuestra vida!, que son siempre simbólicas pero que son amenazas, tensiones que son crisis, dificultades, donde uno se hunde y de nuevo hay que pegar el grito “¡Señor, sálvanos!, ¡Señor, ayúdanos!” Y Jesús nos toma la mano y nos levanta. Esto es así para que aumentemos la fe.

Pareciera que todos los caminos están cerrados.
Pareciera que la violencia está instalada en todos los ámbitos
Pareciera que la corrupción está en todos los estamentos.
Pareciera que nos está mintiendo todo el mundo y nadie cree a nadie.
Pareciera que todo es negro.

Pero queridos hermanos, ¡hay esperanza!, y Dios nos da las fuerzas necesarias para superar estas cosas que, aparentemente, significan que nos estamos hundiendo; por eso cuando confiamos en el Señor, él nos renueva la esperanza.

Pidamos al Señor que nos renueve la esperanza y que el 14 de agosto próximo, todos podamos expresar el voto para que, de alguna manera, elijamos democráticamente aquello que pensamos que nos merecemos

Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

3 de agosto de 2011

Dios multiplica y da su abundancia..

Domingo 31de julio de 2011 – 18º durante el año
Evangelio según San Mateo 14, 13-21 (ciclo A)

Jesús se alejó en una barca a un lugar desierto para estar a solas. Apenas lo supo la gente, dejó las ciudades y lo siguió a pie. Cuando desembarcó, Jesús vio una gran muchedumbre y, compadeciéndose de ella, curó a los enfermos.
Al atardecer, los discípulos se acercaron y le dijeron: "Este es un lugar desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos".
Pero Jesús les dijo: "No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos".
Ellos respondieron: "Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados".
"Tráiganmelos aquí", les dijo.
Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud.
Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas.
Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

“Dios multiplica y da su abundancia”

Estamos ante el milagro de la multiplicación de los panes y los pescados. Es una referencia explícita a la Eucaristía. La presencia de Dios es una bendición y es presencia también es abundancia. La abundancia no es solamente de cosas materiales, porque a veces uno puede tener muchas cosas materiales y no es una bendición de Dios

Es importante reconocer la referencia a la Eucaristía porque ella es la plenitud de la vida de Dios, que no sólo nos alimenta, nos nutre, sino que también nos fortalece, revitaliza el trato cordial, fraterno, con nuestros hermanos.

Dios viene, en Cristo, a multiplicarnos su amor, su gracia, con la presencia de su bendición. Cristo nos lleva también a que no tengamos una respuesta mágica sino que, de nuestra parte, tenemos que colaborar, responder, participar. ¿Qué tenemos para ofrecer? Un poco de pan y algunos peces, que el Señor no los descartó sino que los multiplicó.

¿Qué pasa con tanta hambre en el mundo? Tenemos que multiplicar la comida, los alimentos, es cierto. ¿Qué pasa con la falta de justicia que hay entre los hombres? ¡Cómo se aplasta la dignidad de los hombres! ¿Qué pasa con tanta violencia, con tanta inseguridad, sobre los hombres? ¿Qué pasa con el mundo que, de alguna manera, vive poco solidariamente con los demás? ¡Esto es algo muy fuerte!

¿Qué pasa con la falta de amor para con los demás, para con quienes nos dieron la vida, para con quienes nos transmitieron la fe, a nuestros catequistas, para con tanta gente que nos acompañó a lo largo de la vida?

Dios multiplica y da su abundancia; hay que reconocerlo ya que Dios nos da su profundidad y su amor. La multiplicación de los panes es un signo de su presencia y a la vez un llamado a tratarnos como hermanos y miembros de toda esta gran familia humana.

Queridos hermanos, que tengamos algo que ofrecer y que el Señor nos bendiga animosa y copiosamente, dándonos la profundidad de su ser; en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.