El termino Vocación tiene varios significados, poniendo siempre en el centro, a la persona.
Por Vocación se entiende en primer lugar el "Proyecto de Vida" que elabora cada uno sobre sus experiencias y en la confrontación con un sistema coherente de valores que dan sentido y dirección a la vida del individuo.
En el terreno religioso, Vocación indica la llamada por parte de Dios, como iniciativa suya amorosa, y la respuesta de la persona en un dialogo amoroso de participación corresponsable.
El problema de la Vocación se presenta por tanto, como una realidad compleja. Para poder ser entendido completamente, debe considerarse por tanto desde un doble punto de vista: por parte de Dios y por parte del hombre.
Vista desde la perspectiva de Dios, la Vocación se presenta como la iniciativa de Dios que se da y que al darse llama. Por parte del hombre, es una invitación, una interpelación a la que hay que dar una respuesta.
Niveles y Dimensiones de la Vocación.
¿Sabías que la vocación se da a nivel personal y comunitario en varios niveles?
El hombre ha sido llamado a la existencia para trascender como persona en un dialogo propio de aceptación y de cooperación con todos los llamados a la existencia (vocación humana); así mismo, es convocado en un proyecto de crecimiento en el amor mediante el llamado a la Fe en Cristo Jesús (vocación cristiana), y se expresa de forma concreta y específica por la participación en la misión y vida de la Iglesia, para construcción del Reino de Dios (vocación específica).
Primer Nivel: Vocación Humana. Cada hombre es un ser único e irrepetible, llamado por Dios a la existencia en un proceso de maduración que se descubre como persona, lleno de posibilidades y potencialidades, con limitaciones y necesidades. Este proceso se realiza en relación consigo mismo, con Dios, con los demás y el mundo que le rodea.
Segundo Nivel: Vocación Cristiana. El hombre llamado a la vida, descubre además un llamado a la fe, que es adentrarse a la aventura de un Dios que se le revela en su caminar. Por este segundo llamado descubre que Dios es Padre y que le llama por Jesucristo para ser su hijo en una vida de santidad.
Tercer Nivel: Vocación Cristiana Específica. El llamado a la Fe implica una adhesión consciente a Cristo, ya que el encuentro con él transforma a la persona, de manera que el ser cristiano no puede darse de forma abstracta o etérea, sino que pide situarse en una forma de ser cristiano concreto: como laico, como consagrado, como misionero o como ministro ordenado. Así, el proceso de madurez humana y cristiana, se desenvuelve en un compromiso gradual dentro de la Iglesia para el mundo.