13 de julio de 2011

El Cura que le hace frente a la Mafia Calabresa..

Don Giacomo Panizza conduce una comunidad de discapacitados que se aloja en un edificio confiscado a la mafia más temida, la Ndrangueta. Pese a las amenazas, el religioso no descuida su tarea pastoral junto a personas frágiles que dan el ejemplo.


Don Giacomo Panizza es un cura frágil y discreto, pero seguramente valiente, una cualidad que le ha servido para lograr que una comunidad de discapacitados resida en un edificio confiscado a la temida mafia calabresa, la Ndrangheta, pese a las amenazas.
El edificio, de 4 pisos, situado en la carretera que conduce al aeropuerto de la ciudad de Lamezia Terme, cuna de varios clanes de la mafia calabresa, es un lugar sin gracia, insignificante.

Imposible imaginar que hace 9 años alojaba una enorme sala de juegos, Odisea 2000, uno de los múltiples millonarios negocios del crimen organizado para lavar el dinero proveniente del tráfico de droga.
"Es un edificio que construyeron ilegalmente, pese a que se encuentra en una carretera importante", cuenta a la AFP Don Panizza. "Pese a su tamaño nadie lo vio", comenta con ironía.

La batalla para ocuparlo surge después de que el gobierno adoptara desde hace 30 años en Sicilia y Campania y más recientemente en Calabria, una política para el uso de los bienes confiscados a los mafiosos.
Confiscado al clan Torcasio de Lamezia, el inmueble fue entregado en el 2002 a la alcaldía y dos años después a la asociación Proyecto Sur de Don Panizza.

"La alcaldía pensó primero instalar allí a la policía municipal, pero no quiso. Luego lo propuso a los gitanos, que se negaron a participar", cuenta Nunzia Coppedé, parapléjica, entre las primeras que se mudó al edificio con su silla de ruedas.
"Le dijimos a Don Panizza: si aceptas el reto, te apoyamos", recuerda, sin olvidar mencionar que al inicio tenían miedo.

Las obras para adecuar los locales para minusválidos tampoco fueron fáciles de efectuar: "Nadie quería realizarlas", rememora el religioso, quien ha sido amenazado y saboteado durante todos estos años.
"Le dijeron que iban a hacer explotar la casa con todos nosotros", relata Nunzia, tras mencionar los daños provocados intencionalmente a las camionetas de la comunidad y las intimidaciones sufridas.

El cura anti-Ndrangheta, autor de un libro sobre su experiencia con prólogo del escritor Roberto Saviano, padre del exitoso "Gomorra", sobre el imperio económico de la mafia napolitana, vive bajo escolta policial.

"Don Panizza cuenta con el apoyo de la policía porque es importante que los bienes de la mafia sean usados. Es un señal para que la población entienda que el Estado es más fuerte que la mafia", asegura Maria Gaetana Ventriglia, comisaria adjunta de Lamezia.

Además de alojar a la comunidad, el edificio es la sede de varias organizaciones no gubernamentales, tiene un apartamento para seis parapléjicos que viven como en una sola familia, un banco ético y una cooperativa agrícola de mujeres.
No obstante las "pesadillas" que le arruinan algunas noches, el religioso está orgulloso de haber dado un duro golpe a la mafia con otras armas.

"Lo más bello de todo es que lo han logrado personas muy frágiles, en silla de ruedas, desarmadas, pequeñas y sin títulos, las cuales se han revelado más fuertes que aquellas más robustas", asevera.

Gracias a su ejemplo, otras asociaciones han ocupado bienes confiscados y fundado una red para combatir la extorsión de la mafia a comerciantes y empresarios.
"Son movimientos que hay que impulsar, porque mucha gente está prisionera de la resignación y del miedo", sostiene Don Panizza, quien está convencido de que la sociedad civil se está despertando también en Calabria, como ocurrió en Sicilia.

Fuente: Valores Religiosos.