17 de agosto de 2011

Las Fiestas Patronales de la Diócesis..

Miles de vecinos y devotos participaron de la fiesta de la Asunción de la Virgen, de la procesión y la misa por los 50 años de la creación de la diócesis de Avellaneda, que presidió el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, quien viajó especialmente desde el Vaticano para esta festividad.


La celebración eucarística fue concelebrada por el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia; y arzobispo emérito de Mercedes-Luján y antiguo obispo de Avellaneda, monseñor Rubén Di Monte; el obispo de Quilmes, monseñor Luis Stöckler, y numerosos miembros del clero local.

A las 15.30 salió de la catedral la procesión multitudinaria con las imágenes de Nuestra Señora de la Asunción, patrona de la diócesis y del municipio, y de Santa Teresa de Jesús, copatrona diocesana.

En tanto, la misa se llevó a cabo desde el altar levantado sobre la Plaza Alsina.

Allí, el cardenal Sandri explicó que “María subida al cielo nos recuerda que todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo está destinado a la plenitud de la vida” y también que “quien vive y muere en el amor de Dios y del prójimo será transfigurado a imagen del cuerpo glorioso de Cristo resucitado y que el Señor humilla a los soberbios y enaltece a los humildes”.

El purpurado argentino evocó también a los pastores “extraordinarios que sirvieron al pueblo de Dios en esta bendita diócesis”, entre ellos al Siervo de Dios cardenal Eduardo Pironio y al cardenal Antonio Quarracino, a quienes definió como “figuras preclaras de la Iglesia en la Argentina, que siguiendo las huellas del primer obispo, monseñor Emilio Antonio Di Pasquo, fueron testigos del amor de Dios e hicieron vivo y accesible a Jesús Buen Pastor”.

El jubileo de oro de la diócesis, aquilatado por el tesoro recibido de tan grandes pastores, disipa las sombras que, por la pérdida de rumbo en la fe y en la comunión eclesial, pudieran haber querido alterar el verdadero rostro y la auténtica comunión de la Iglesia, Más aún, podemos afirmar que del legado de ese pasado emerge un siempre renovado programa de acción pastoral, un diseño de evangelización, que usted, señor obispo, con sus colaboradores, prosiguió con coraje”, destacó.

El cardenal Sandri sostuvo que “los logros que se han ido multiplicando a lo largo de estos años de historia, permiten abrigar la certeza de que de esta celebración, a través, sobre todo, del empeño de los sacerdotes, religiosos y religiosas y de los laicos comprometidos, cobrará nuevo impulso la vida cristiana del pueblo de Dios”.

E insistió en destacar que “este gozoso aniversario pone en evidencia la comunión del obispo y de toda la diócesis con el sucesor de Pedro, siervo de los siervos de Dios, que ha sido constituido principio visible y fundamento de la unidad de la Iglesia, el papa Benedicto XVI”.

El purpurado transmitió, además, la bendición apostólica del Pontífice, y explicó que ésta quiere ser “prenda de vida eclesial vivida en comunión y en el testimonio de cada un o, de promoción de la comunión y de la colaboración entre todos los miembros de la diócesis para salir al encuentro de las necesidades de nuestros hermanos, especialmente los más pobres y necesitados”.

Que María Santísima, Reina del Cielo, reciba en sus manos el pasado, presente y futuro de esta diócesis, lo acompañe y lo bendiga con el poder de su Hijo Jesús, que es poder de humildad y de cruz: el Señor hizo en mí maravillas, desplazó a los soberbios y exaltó a los humildes. Que tú siempre seas alabada, oh Virgen María, ruega, protege e intercede siempre por esta diócesis de Avellaneda-Lanús”, concluyó.+

Fuente: AICA.